ORTIZ MONASTERIO arquitectos

EL ARTIFICE es aquel que hace de su oficio un arte.

Mi oficio es la ARQUITECTURA

 LA HUELLA DE LA ARQUITECTURA

Diría que tiene razón quien dice que la arquitectura es la huella más importante de la historia humana.  Por su condición tectónica, es tal vez el único vestigio que nos queda de antiguas civilizaciones. Así que la arquitectura nos cuenta la historia del hombre y las condiciones políticas, sociales, culturales y tecnológicas de sus distintas épocas.

De esta manera podemos leer en la piedra la grandeza de Mesopotamia y Egipto antiguos; la maravilla de Teotihuacán y sus sueños de armonía con el cosmos; la extraordinaria sencillez del Románico y su temor a Dios; la insuperable belleza del Gótico con un Dios transformado en Luz;  el (para mí)  aburrido academicismo del Renacimiento, y por supuesto, los excesos del Art Nouveau.

Se dice que los grandes cambios en la arquitectura, solo suceden cuando surge la tecnología que los hace posibles, de esta manera en el siglo 20 la revolución industrial y la aparición de las maquinas provocaron un profundo cambio en la forma de hacer y de pensar la arquitectura. Curiosamente la producción en masa solo fue capaz de producir cosas simples, así que el ornamento tuvo que desaparecer. El acelerado crecimiento de la población demandaba la producción de objetos y servicios en mucha mayor cantidad. Ya no estábamos en condición de esperar 300 años para tener una Catedral.

Podemos estar o no de acuerdo con lo que está sucediendo en nuestro tiempo, pero en cualquier caso la arquitectura sigue siendo un reflejo de nuestro momento histórico (social, político, económico y tecnológico), como lo ha sido siempre, aunque ahora la historia se escriba en cristal y acero, en lugar de piedra.

El dinero y el poder (político y religioso) siempre han estado detrás de la arquitectura e históricamente se han servido de ella para alcanzar sus fines, pocas veces puros.

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